En el partido de ayer los hinchas del Coladero pudieron disfrutar de la exhibición de toques exquisitos del equipo rival con pases al hueco precisos, chutes a portería muy bien definidos y con una definición excelente. Lógicamente todo gracias a que el Coladero quiso que fuera así para demostrar al mundo que las remontadas a final de temporada son posibles. Sin embargo, el árbitro del partido quiso beneficiar a lo largo del partido a Farratges ya que no quiso suspender el partido cuando los jugadores del Coladero pidieron a gritos que lo suspendiera para que no marcaran más.
Al final cuando el árbitro vio lágrimas en el banquillo, concedió el final del partido en el momento que el equipo rival haría su séptimo gol que no subió al contador gracias a que el jeque sobornó a la FIFA a golpe de talonario por el móvil y todo quedó solo en un igualado seis a cero.
Además, Merino pidió un fuera de juego que solo ha sido respaldado por punto pelota y el Coladero no pudo ser capaz de marcar porque el tamaño del césped artificial estaba alto, seguramente para que el Coladero no pudiera hacer uso de su conocido tiki-taka.
Informa: Marc Pla
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